Una llamada telefónica en el momento menos esperado, a veces puede ser una actitud muy humana. No me refiero a esas llamadas relámpago, sino a una llamada donde le dediquemos tiempo de calidad a nuestro interlocutor: un amigo, un familiar, a la pareja o a alguien que sea especial para nosotros.
Una llamada para decir te quiero, una llamda de ánimo, una llamada de saber que puedes contar conmigo.
Lo ideal es quedar con la persona para tomarse un café o dar un paseo, para así hablar más y estrechar los lazos de amistad, amor fraternal o cariño, etc.... La vida ajetreada de la ciudad hace que las personas pierdan sus sentimientos, los hace rígidos y maquinales, carentes de valores y principios.... solo prefieren estar estresados. Siempre una taza de café o refresco servida frente a tu amigo, pareja o familiar vale mucho más que un regalo caro. Por eso, dejemos por un día aunque sea las llamadas relámpago y comencemos a citarnos para tomar un café frente a tu ser querido.
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